WhatsApp ha desplazado a las llamadas telefónicas entre muchas personas. Especialmente los jóvenes que, incluso, sienten ansiedad al hablar por teléfono.
Como explico en mi segundo libro el Método CLICK, estamos la mayor parte del día comunicándonos con los demás. No obstante, dicha comunicación puede ser una fuente de estrés si no fluye de manera adecuada entre dos personas.
Un estudio realizado por BankMyCell a un grupo de 1.200 millennials estadounidenses demuestra que al 81 % de los nacidos entre el 1981 y el 1996, les causa ansiedad hacer una llamada. Es paradójico porque con la facilidad que tienen de comunicarse a través de pantallas, les cuesta un mundo el hecho de establecer una comunicación directa con otras personas. Prefieren interactuar a través de WhatsApp donde la comunicación no es tan directa, como veremos a continuación.
Una encuesta de 2019 a empleados concluyó que el 76 % de los millennials, y el 40 % de los baby boomers (nacidos entre el 1946 y 1964), tienen pensamientos ansiosos cuando suena su teléfono. Por eso, el 61 % de los millennials evitaría lo máximo posible las llamadas, en comparación con el 42 % de los baby boomers.
Generación muda
Los jóvenes están muy conectados y acostumbrados a comunicarse por chats o mails. De tal forma que responder a una llamada les da pereza. Por lo que las evitan a toda costa. Tras los resultados, los investigadores bautizaron a este grupo como la generación muda.
Ya en 2017, un artículo del periódico The Guardian se preguntaba: “¿Por qué los Millennials no cogen sus llamadas?”. En el mismo se aseguraba que de los adultos de Reino Unido que poseían un teléfono inteligente, una cuarta parte nunca lo usaba para llamar. Según este reportaje, el motivo estaba en la ansiedad que sufren los jóvenes actualmente con el ritmo frenético del día a día. Y también en la necesidad de atención plena que requiere una llamada, eliminando la posibilidad de hacer otra cosa a la vez
Las llamadas se perciben como algo intrusivo
Según el informe Generation mute, Millennials phone call statistics, realizado por Bankmycell con entrevistas a 1.200 millennials estadounidenses, recibir una llamada resulta una intromisión en la vida cotidiana para el 75 % de los encuestados. Asimismo, el 88 % de las personas preferiría tener datos ilimitados que llamadas y SMS
El joven no sabe cuánto tiempo lo mantendrá ocupado y, además, tienen la percepción de que quien llama tiene más necesidad que quien recibe la llamada.
El estudio también reunió las razones (o excusas) más utilizadas por los millennials para no contestar el teléfono. De acuerdo con la investigación, son: “No lo escuché/oí vibrar” (63 %), “no tenía señal” (12 %), “estaba reunido” (9 %), “estaba conduciendo” (6 %) y “no sabía dónde estaba mi teléfono” (5 %). El psicólogo Enric Soler, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya, explicó por qué los millennials evitan la comunicación verbal: ”La falta de seguridad en sus habilidades comunicativas ante la conversación presencial y síncrona hace que pongan en marcha mecanismos de defensa como la evitación. Si no responden, no hay oportunidad de poner a prueba ese déficit de habilidades”, explica el psicólogo.
Falta de seguridad en el cara a cara
«Los jóvenes han integrado la comunicación mediante plataformas asíncronas. En estas no es necesario que coincidan en el tiempo los dos interlocutores. Y les resulta más fácil, cómodo y menos intrusivo», explica Enric Soler, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
“Perciben la llamada tradicional como una estrategia comunicativa arriesgada, porque en una llamada no pueden borrar las palabras pronunciadas en vivo dentro de una conversación. Esto les genera una menor seguridad y confianza que, por ejemplo, emplear una nota de voz. Este último formato les permite repetir su alocución tantas veces como sea necesario antes de enviarla”, explica Ferran Lalueza, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.
Ansiedad por Zoom
A esta ansiedad que generan las llamadas se une la denominada ansiedad por Zoom. Es decir, por las videollamadas. “Todos los inconvenientes que les supone una llamada se ven agravados en las videollamadas. Estas les obligan a mostrarse en vivo, sin filtros… Es decir, viéndose a sí mismos con todos sus eventuales defectos amplificados y a la vista de los demás participantes”, advierte Lalueza.
Los jefes, enfadados
Un artículo de hace unos años del Wall Street Journal relataba cómo las empresas no pueden lograr que los jóvenes contesten sus teléfonos ni realicen llamadas. Los jefes de los millennials, por alguna razón, sienten que sus trabajadores deberían estar a disposición de los clientes.
En un experimento en la empresa Metro Guide Publishing, las ventas de publicidad bajaron e identificaron una razón: su personal de ventas, todos menores de 35 años, enviaba correos electrónicos a los clientes con sus presentaciones, no los llamaba por teléfono.
Tal fue el revuelo interno de la compañía, que contrataron a una experta en comunicación para que enseñara a los trabajadores jóvenes a mantener con solturas conversaciones telefónicas efectivas con sus clientes.
Reduce tu estrés
En definitiva, la comunicación hoy día va cambiando rápidamente. Por lo que tenemos que adaptarnos para que llegue adecuadamente a los destinatarios de los mensajes, si crees que necesitas ayuda externa hay profesionales que estamos dispuesto a echarte una mano para que reduzcas ese estrés que te puede llegar a suponer entablar una conversación telefónica o videollamada.
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