¿Alguna vez has ido a hacer algo arriesgado o novedoso, pero en el último momento te has frenado? El saboteador habita dentro de nosotros con un único objetivo: protegernos. Nos ayuda a mantenernos en la zona de confort para permanecer afincados en lo cotidiano poco peligroso.
También se encarga de que no tomemos decisiones alocadas o poco reflexionadas, por tal de evitarnos futuros disgustos. Siempre nos decanta hacia lo más sencillo, hacia aquello que menos implicaciones negativas puedan llegar a tener a largo plazo.
Normalmente, en ocasiones esa espontaneidad y ese empuje poco reflexionado son ingredientes esenciales para conseguir aquello que nos propongamos. ¿Cuántas veces no te atrevías a hacer algo, te has echado la manta a la cabeza, lo has hecho y luego te has alegrado? Ahí no le hiciste caso al saboteador y fuiste tú el que te pusiste en acción.
Es responsabilidad de uno mismo identificar y lidiar con el saboteador cada vez que aparezca para que nuestras opciones en la vida no se limiten. Una manera muy efectiva de anular al saboteador es usando tus valores y lo que éstos significan para ti. Busca la intención positiva que se esconde dentro de tus miedos.
En resumidas cuentas, como explico en mi libro el Método CLICK el saboteador es un “guardaespaldas incompetente” que nos aleja de todo aquello que deseamos alegando que es peligroso para nosotros, que implica salir de la zona de confort. El primer paso para deshacerse de esa parte de nosotros que nos limita es ser conscientes de que existe. Hay que trabajar día a día y reconocerlo cada vez que aparezca. Si estás atento y logras modificar todo ese tipo de conductas que no te aportan nada verás que todo cambia y que la vida te sonríe.
¿Qué te dice tu saboteador? ¿En qué situaciones aparece limitándote? Si necesitas que trabajemos juntos para mantener a raya a tu saboteador y reducir tu estrés, haz click aquí.
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