Una de las maneras más comunes de saber si tienes estrés es el insomnio, si se mantiene en el tiempo puede llegar a consecuencias para nuestra salud.
La falta de un sueño reparador produce en el organismo una reacción fisiológica que contribuye a aumentar los niveles de estrés, generando alerta mayor y dificultades para poder relajarse y, por tanto, dormir.
Cuando nos estresamos se producen la segregación de sustancias como el cortisol, que inhibe y suprime el sueño, así como de la prolactina o la serotonina, muy relacionadas con la regulación de los ciclos del sueño.
Insomnio
El estrés se convierte en un desencadenante del insomnio y, a su vez, en una consecuencia del mismo, siendo un elemento fundamental a tratar en los problemas de sueño.
A lo largo de la vida, inevitablemente vamos a enfrentarnos a situaciones que nos produzcan estrés: cambios, dificultades, crisis… El objetivo, es ajustar esas emociones a la situación que las provoca y actuar para terminar cuanto antes con esa emoción para evitar que se haga crónico. Sería conveniente para minimizar el riesgo de sufrir estos problemas.
Claves para dormir mejor
“Toda dificultad eludida se convertirá en un fantasma que perturbará nuestro reposo”, Frederic Chopin.
Es necesario para nuestro organismo y de los mejores trucos de belleza y salud que existen. Pero no siempre podemos disfrutar de las ocho horas de descanso necesario que se recomiendan los especialistas. Veamos unas claves que te ayudarán a dormir y descansar mejor:
– Desconecta: una hora antes de dormir, procura ver algo que te transmita calma o te haga reír, por ejemplo, un capítulo de una serie divertida, un monólogo, etc.
Si te cuesta dormir evita películas de acción o de miedo porque, si tienes mucha empatía, harán que te cueste más conciliar el sueño. Y a partir de ahí evita mirar cualquier dispositivo electrónico: televisión, móvil, ordenador o tablet) porque la luz que emiten confunde a tu cerebro haciéndole cree que es luz del día e inhibe la hormona del sueño: la melatonina y te costará más dormir. Y repercutirá negativamente en la calidad del sueño.
– Cena ligera para evitar sentirte pesado antes de dormir. Elimina o reduce la cafeína y bebidas excitantes. Media hora antes de dormir te puedes tomar una infusión natural que te ayude a conciliar el sueño.
– Decide qué ropa te vas a poner al día siguiente y la colócala fuera del armario, así evitarás pensar en ello durante la noche.
– Mímate y haz un ritual que te relaje: lávate los dientes, échate crema, haz unos estiramientos.
Enfócate en lo positivo
– Calma tu mente: piensa en las cosas buenas que te han sucedido en el día. Escribir en una libreta o en un diario tus preocupaciones, te ayudará a liberarte de ellas y a verlas desde otra perspectiva.
Escribir en un diario una costumbre que tengo desde niña y doy fe de los beneficios terapéuticos que tiene, sobre todo en los momentos de mayor estrés que he sufrido.
– Siéntete orgulloso de quien eres y de que ese día has dado lo mejor de ti. Al día siguiente tendrás otro día entero para seguir avanzado en lo que no has podido terminar.
– Cierras los ojos y haz un escaneo corporal: cuando estés en la cama, realiza un repaso mental de tu cuerpo, siente las zonas que están más tensas, apriételas levemente y suéltalas para relajarlas. Si quieres obtener meditaciones gratuitas, pulsa aquí.
– Justo antes de quedarte dormido sonríe y agradece tener una cama en la que descansar y salud para haber afrontado ese día. Valora las cosas buenas que han pasado en ese día, seguro que las hay.
Cuanto más conectado estés con tus pensamientos a lo largo del día, menor será la tormenta de ideas que te sucederá cuando te acuestes a dormir.
Pon en práctica estas claves que te ayudarán a descansar mejor, si aún no lo consigues, te recomiendo mi libro Método CLICK, donde encontrarás muchas herramientas para reducir tu ansiedad y dormir mejor.
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