Nada sabotea más la productividad que los malos hábitos. Van adentrándose poco a poco en tu vida de manera que ni siquiera te das cuenta del daño que hacen y del estrés que te acaban causando.
Las malas costumbres te ralentizan, disminuyen tu precisión, hacen que seas menos creativo y minimizan tu rendimiento. Controlar los malos hábitos es crucial.
Cambiar estos hábitos aumentará tu productividad y te permitirá disfrutar del buen humor que conlleva tener un mayor autocontrol.
Claves para ser más productivo
1. Navegar por Internet compulsivamente. Se necesitan 15 minutos consecutivos para concentrarse plenamente en una tarea. Una vez pasado ese periodo, se entra en un estado de euforia de productividad llamado «dinámica». Cuando desconectas del trabajo para mirar las noticias, Facebook, el resultado de un partido o cualquier otra cosa, te sales de la dinámica de trabajo. Lo que significa que tienes que pasar por otros 15 minutos de concentración continua para volver a entrar en ella. Si desconectas de esta forma demasiadas veces, podrás pasarte la jornada entera sin lograr esa dinámica.
2. Ser perfeccionista. La mayoría de los escritores pasan horas y horas pensando en personajes y tramas, e incluso escriben páginas que saben que nunca incluirán en su libro. Lo hacen porque saben que las ideas necesitan un tiempo para desarrollarse. Tendemos a quedarnos parados en el momento inicial porque sabemos que nuestras ideas no son perfectas y que lo que producimos posiblemente no sea bueno. Pero ¿cómo vas a poder producir algo bueno si no empiezas o si no les das a tus ideas tiempo para evolucionar? La autora Jodi Picoult resume de una manera perfecta la importancia de evitar el perfeccionismo: «Se puede modificar una mala página, pero no se puede modificar una página en blanco».
3. Las reuniones. No hay nada que devore el tiempo como una reunión. Las personas más productivas evitan las reuniones todo lo humanamente posible. Saben que una reunión se alargará si lo permiten, así que cuando tienen que asistir a una reunión informan a todo el mundo de que van a intentar no salirse del horario planeado. Así establecen un límite que motiva a todo el mundo a concentrarse y a ser más eficiente.
4. Responder a los e-mails según van llegando. Las personas productivas no permiten que el correo electrónico les interrumpa constantemente. Además de mirar el correo dentro de un horario determinado, lo configuran para dar prioridad a los mensajes según el remitente. Activan las notificaciones para los mensajes de los proveedores más importantes y dejan los demás para cuando tengan un momento de descanso en el trabajo. Hay gente que incluso crea una respuesta automática para que los remitentes sepan que más adelante volverán a mirar el correo electrónico y a contestar.
5. Hacer varias cosas a la vez. Ser multitarea es de todo menos productivo. Una investigación realizada por la Universidad de Stanford confirma que los que funcionan en modo multitarea creen que su rendimiento es más alto pero en realidad son más ineficientes que aquellos que preferían hacer las cosas de una en una. Los multitarea presentan un rendimiento más bajo porque tienen más problemas para organizar los pensamientos y filtrar la información irrelevante, y son más lentos a la hora de cambiar de una tarea a otra. Cuando se intenta hacer dos cosas a la vez, el cerebro pierde la capacidad de realizar bien ambas misiones.
6. Posponer lo más difícil. Tenemos una cantidad limitada de energía mental y, si acabamos con ella, la capacidad de toma de decisiones y la productividad disminuyen con rapidez. Es lo que se llama «fatiga de decisión». Cuando pospones las tareas más difíciles porque resultan intimidantes, lo que estás haciendo es reservarlas para cuando estás en las últimas. Para evitar la fatiga de decisión tienes que acatar las tareas más difíciles por la mañana, cuando estás más despejado. Algo que te puede ayudar es hacer una lista a primera hora con las tareas pendientes priorizando según la urgencia e importancia de cada una.
7. Utilizar el móvil, la tablet o el ordenador en la cama. Este punto es muy importante y hay mucha gente que no se da cuenta de lo que afecta al sueño y a la productividad. La luz azul de longitud de onda corta desempeña un papel importante en el estado de ánimo, el nivel de energía y la calidad del sueño. Por la mañana, la luz del sol contiene una alta concentración de este tipo de luz azul; al exponernos directamente a ella, esta luz azul detiene la producción de melatonina, la hormona que induce al sueño, y nos hace estar más alerta. Por la tarde, los rayos de sol pierden esta luz azul y, por eso, el cuerpo empieza a producir melatonina y empezamos a sentir ganas de dormir.
A última hora de la tarde, el cerebro no espera volver a recibir luz azul y es muy sensible a ella. La mayoría de nuestros pasatiempos favoritos para este periodo del día -los ordenadores portátiles o los móviles- emiten luz azul de longitud de onda corta. La exposición a este tipo de luz interfiere con la capacidad para quedarse dormido así como con la calidad del sueño. Como todos sabemos por experiencia, dormir poco o mal tiene consecuencias desastrosas sobre la productividad. Lo mejor que se puede hacer es evitar utilizar estos dispositivos después de cenar (con la televisión no hay ningún problema siempre que esté colocada a una distancia prudencial de los espectadores).
8. Tomar demasiado azúcar. La glucosa funciona como un acelerador del cerebro, es necesaria para concentrarse al realizar tareas difíciles. Si los niveles de glucosa son insuficientes, nos sentimos cansados y lentos y nos cuesta concentrarnos; si los niveles de glucosa son excesivos, nos sentimos nerviosos, agitados e incapaces de concentrarnos. La diferencia reside en cuánto dura la productividad. Consumir un bollo, un refresco o cualquier otro producto que contenga azúcar refinado conlleva un chute de energía que tendrá efecto durante unos 20 minutos; mientras que la avena, el arroz integral y otros alimentos que contengan carbohidratos complejos liberan la energía más lentamente, lo que nos permite mantener la concentración durante más tiempo.
Aunque algunos de estos hábitos puedan parecer nimiedades, todo cuenta. Si te interesa este tema, te recomiendo mi libro el Método CLICK donde desarrollo mucho más estas claves para que las lleves a la práctica y mejore tu productividad.
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