¿Te has parado a pensar la cantidad de veces que te quejas a lo largo del día? Vamos a ver unas claves para dejar de quejarte porque trae innumerables beneficios.
Este post es un extracto que pertenece a mi libro Método CLICK, donde podrás obtener más herramientas sobre este tema y todo lo relacionado con reducir tu estrés.
¿Has observado que en los momentos en los que sufres mayor estrés te sueles quejar más de lo habitual? Prestando atención a tus palabras podrás, hacer click y tomar conciencia de que, casi de manera automática, protestas cada día por lo mismo. No te pierdas el vídeo que hay al final del post que resume esto a la perfección.
Además, las quejas te desgastan física y mentalmente. Y, no solo a ti, son molestas para las personas que están a tu alrededor, porque a nadie le gusta estar rodeado de gente quejica pues le roba energía.
Te propongo un reto: ¿te animas a estar una semana sin quejarte?
Te voy a dar unas claves para que te sea más llevadero:
✔Define qué tipo de quejas consideras negativas y quieres eliminar. Si algo es negativo pero no lleva emoción añadida, no es una queja. Por ejemplo: “está lloviendo” no es una queja, en cambio: “qué desastre, ya está lloviendo otra vez” (hay connotación negativa) sí que lo es.
✔Observa tus hábitos: ¿Te quejas siempre de las mismas cosas-personas-situaciones
✔Evita las personas o conversaciones de queja. Si surge una conversación negativa conviértela en sugerencias positivas. Por ejemplo: en lugar de “que desastre, ya está lloviendo otra vez”, podríamos decantarnos por: “¿Y si vamos al cine aprovechando que llueve?”
✔Si ya has cometido el error de empezar una frase con una crítica o queja y te has dado cuenta utiliza la técnica del “pero…” enfocándote en lo positivo de la situación. Sirve para añadir a lo que hemos dicho ya negativo un giro positivo! Por ejemplo: “Odio los atascos… pero al menos puedo escuchar esta canción o podcast que me gusta tanto en la radio”.
✔Cambia el “tengo que” por el “puedo”, “voy a”, «he decidido» como si fuera un logro. Por ejemplo: en lugar de “tengo que salir a correr, qué pereza…”, “he decidido salir a correr para cumplir mi objetivo».
✔Practica la empatía. Piensa en cómo se siente el que te está escuchando quejándote (o cómo te sientes tu si estás con alguien que sólo se queja).
✔Fluye. Déjalo estar. A veces sólo hay que aceptar las cosas. Si no puedes cambiar algo, no sirve de nada quejarte.
✔Estate atento a tus pensamientos. No sólo es aquello que decimos, sino también la que pensamos porque también nos resta energía.
¿Estás listo para empezar? Coméntaselo a las personas que te rodean para que se unan y así será más divertido.
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Te invito a ver este vídeo que te dará una perspectiva mayor sobre este tema:
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