Uno de los problemas más frecuentes en mis sesiones es la baja autoestima. Por eso vamos a ver unas claves para aumentarla. Lo cierto es que, en muchas ocasiones, los clientes o coachees no saben identificar que la sufren. ¿Por qué?
Porque la baja autoestima conlleva a otro tipo de problemas que son la supuesta causa por la que acuden a mí: síntomas de ansiedad, problemas de conducta y gestión emocional, estrés, adicciones, perfeccionismo, no saber decir «no», ayudar a los demás en exceso buscando reconocimiento, etc. Por éste motivo, me gustaría daros unos consejos para saber identificar qué es lo que nos están pasando y cómo podemos solucionarlo. Es fácil aumentar la autoestima, solo hay que ponerle un poco de empeño
¿Qué es la autoestima?
Es la valoración que uno tiene de sí mismo, englobando sentimientos de aceptación, confianza y seguridad. La mejor manera de aumentar la autoestima es buscar experiencias que nos produzcan bienestar y satisfacción personal.
Nuestra tarea primordial es aprender a ver, amar y valorar lo más precioso que tenemos: nuestra esencia. Mientras más aprendemos a amarnos a nosotros mismos, mayor es el deseo de compartir nuestro amor con los demás, porque el amor auténtico es expansivo por naturaleza. Por el contrario, una persona sin autoestima tiende a atraer a personas conflictivas con las que cultivan independencia emocional.
No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma, Irene Orce.
¿Cómo te valoras? ¿Te aceptas tal como eres, con tus cualidades y defectos
¿Qué síntomas me pueden avisar de que tengo la autoestima baja?
Algunos de los síntomas principales que nos pueden advertir de que nuestra autoestima no está en el mejor momento son los siguientes:
- No tengo seguridad en mí mismo.
- No expreso mis gustos u opiniones por miedo a ser rechazado.
- No me siento merecedor de las cosas buenas de la vida.
- No me esfuerzo por conseguir lo que quiero, de antemano creo que no lo voy a lograr.
- No me relaciono con los demás como me gustaría ya que pienso que me van a dejar de lado.
- Necesito la aprobación de los demás con mucha frecuencia, en el fondo por eso me gusta a ayudarlos.
Temor a los demás
- No me atrevo a imponerme cuando es necesario.
- Veo al resto de personas como superiores a mí y me gustaría ser como ellos.
- Temo decir lo que siento por si no les gusta a los demás lo que digo.
- Casi nunca estoy contento con lo que hago, creo que podría estar mejor.
- No me siento feliz, ya no sonrío ni disfruto como antes.
- Me cuesta acabar lo que empiezo ya que me desmotivo con mucha facilidad.
- La toma de decisiones se convierte en algo muy difícil, creo que decida lo que decida va a ser la opción incorrecta, así que me dejo llevar por lo que decidan los demás.
- Pienso en mis debilidades y casi nunca me paro a pensar en mis fortalezas.
- Me siento nervioso o deprimido la mayor parte del día.
- Me siento evaluado casi constantemente en situaciones sociales.
- Me siento culpable.
- Me siento poco atractivo.
- Siento que no tengo nada que aportar.
Si te has sentido así en varias ocasiones, puede que el resto de tus problemas vengan a raíz de tener una baja autoestima. Intentemos ponerle solución con unos ejercicios para que empieces a valorarte y a creer en ti. Podrías llegar a sorprenderte mucho de tus capacidades si te esfuerzas en mejorar tu autoestima.
¿Cómo puedo aumentar mi autoestima?
Muchas personas se preguntan si hay alguna manera de mejorar su propia autoestima. Cada persona puede mejorar a base de constancia y siguiendo algunos consejos:
1. Deja de machacarte
Hay personas que viven arrastrando mochilas llenas de peso: trabajos que no les satisfacen, relaciones que no les aportan, hábitos que no les gustan… Pasado, pisado. Vamos a dejar de mirar atrás para mirar hacia delante. No te tortures con lo que has hecho, eso ya forma parte del pasado.
Además, no hay que restarle importancia a las cosas que sabemos hacer bien, sino valorarlas como se merecen. Vamos a observar y ser conscientes de lo bueno que tenemos, de lo bueno que somos, de lo bueno que hacemos. ¿Algo se nos dará bien, no?
2. Empieza a pensar en positivo
Cambia tus pensamientos y cambiará tu vida. En lugar de «no puedo» di «voy a intentarlo», «me va a ir bien». Parece un tópico, pero esforzarse a ver las cosas buenas de la vida y agradecerlas nos puede ayudar a salir de la dinámica negativa.
3. Ponte metas realistas
Poco a poco las iremos aumentando, y veremos que paso a paso estamos consiguiendo lo que nos proponemos. Si fracasamos, aprendamos de ello sin culparnos de nuestros errores, ya que fallar es una manera de saber cómo hacerlo de manera distinta la siguiente vez. Atrévete a afrontar retos.
4. No te compares
El césped del vecino siempre es más verde. Céntrate en ti. Todos tenemos nuestros problemas. La vida es un 10% lo que sucede y un 90% cómo lo afrontas.
5. Haz críticas constructivas acerca de ti mismo
Que todo lo que te digas sirva para mejorar, no para estancarse y culpabilizarte. Asimismo, aprende a encajar las críticas de forma que no te afecten demasiado.
6. Trátate con cariño y respeto, siempre
Si no te respetas tú, nadie lo hará. Eres la persona con la que más hablas a lo largo del día, desde que te levantas hasta que te acuestas, así que trátate bien.
7. Regálate tiempo
Haz más de aquello que te hace feliz. Es la mejor manera de encontrarse con uno mismo y desarrollar tus habilidades.
Y recuerda, hay una única persona capaz de cambiar tu vida, y esa persona, ¡eres tú!
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